El presidente venezolano Hugo Chávez continua su desvarío anunciando el cierre de casi 285 emisoras de radio y televisión críticas con el presidente y sus políticas socialistas.
Ayer, día 2 de julio, se llevaron a cabo los primeros cierres por los que fueron clausuradas 34 emisoras.
Todas estas acciones responden a la aprobación de una "Ley mordaza" (como ha calificado a la ley la prensa sensacionalista liberal) que puede penalizar con penas de hasta 4 años a los medios de comunicación que pudieran desestabilizar el gobierno de Chávez o poner en peligro la "paz social".
Hugo Chávez es una esperanza para la izquierda y en general las futuras revoluciones socialistas mundiales, pero cada día está perdiendo más y más seguidores. La prueba está en el último referendum, el que hace referencia a la posibilidad de reelegir indefinidamente al presidente del gobierno, donde ganó el sí por un mísero 55%. Esto indica que incluso muchos votantes chavistas de las anteriores elecciones han retirado su apoyo al ejecutivo, puesto que en el Parlamento Venezolano gobiernan con mayoría absoluta. Una mayoría absoluta que se traduce en 139 diputados de 167 posibles. (Por no hablar del fracaso del primer referendum de este calibre en 2007, donde salió el "No")
Es posible que si Hugo Chávez sigue llevando acabo este tipo de medidas impopulares, todos sus proyectos se queden en el camino y la izquierda quede definitivamente herida de muerte. Por eso le pedimos un poco de sensatez al presidente bolivariano y que de prioridad a las urgentes reformas sociales y económicas que necesita el país (nacionalización de toda la banca, nacionalización de todas las empresas y monopolios en manos privadas, expropiación y reparto de tierras entre la población campesina, etc.)
Aunque ésta sea realmente una medida revolucionaria y necesaria, aún no es el momento. Ni la población venezolana ni el proyecto socialista están preparados aún para un avance tan grande en los principios revolucionarios que llevarán a la Clase Obrera a la creación de un semi-Estado donde tendrá plena participación y, más tarde, a la desaparición de ese Estado cuando no sea necesario. Pero tiempo al tiempo, Chávez, tiempo al tiempo..
Ayer, día 2 de julio, se llevaron a cabo los primeros cierres por los que fueron clausuradas 34 emisoras.
Todas estas acciones responden a la aprobación de una "Ley mordaza" (como ha calificado a la ley la prensa sensacionalista liberal) que puede penalizar con penas de hasta 4 años a los medios de comunicación que pudieran desestabilizar el gobierno de Chávez o poner en peligro la "paz social".
Hugo Chávez es una esperanza para la izquierda y en general las futuras revoluciones socialistas mundiales, pero cada día está perdiendo más y más seguidores. La prueba está en el último referendum, el que hace referencia a la posibilidad de reelegir indefinidamente al presidente del gobierno, donde ganó el sí por un mísero 55%. Esto indica que incluso muchos votantes chavistas de las anteriores elecciones han retirado su apoyo al ejecutivo, puesto que en el Parlamento Venezolano gobiernan con mayoría absoluta. Una mayoría absoluta que se traduce en 139 diputados de 167 posibles. (Por no hablar del fracaso del primer referendum de este calibre en 2007, donde salió el "No")
Es posible que si Hugo Chávez sigue llevando acabo este tipo de medidas impopulares, todos sus proyectos se queden en el camino y la izquierda quede definitivamente herida de muerte. Por eso le pedimos un poco de sensatez al presidente bolivariano y que de prioridad a las urgentes reformas sociales y económicas que necesita el país (nacionalización de toda la banca, nacionalización de todas las empresas y monopolios en manos privadas, expropiación y reparto de tierras entre la población campesina, etc.)
Aunque ésta sea realmente una medida revolucionaria y necesaria, aún no es el momento. Ni la población venezolana ni el proyecto socialista están preparados aún para un avance tan grande en los principios revolucionarios que llevarán a la Clase Obrera a la creación de un semi-Estado donde tendrá plena participación y, más tarde, a la desaparición de ese Estado cuando no sea necesario. Pero tiempo al tiempo, Chávez, tiempo al tiempo..
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